
¿cuáles son tus derechos ante un cobrador de deudas?
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HAZ PREGUNTAS, OBTÉN RESPUESTAS. Solicita el nombre y la dirección de la compañía que te llama. A menudo, eso puede ayudar a separar a los estafadores de los cobradores legítimos, y puedes
usar esa información para comprobar si la empresa tiene la licencia adecuada (la mayoría de los estados se la exigen a las agencias de cobro). Un punto de partida es la página web del NMLS
(Sistema Nacional de Licencias Multiestatales) —en inglés—. Si la empresa que cobra la factura no es el acreedor original, Bovee recomienda llamar al acreedor original para confirmar que el
cobrador tiene derecho a hacer el cobro. Y poco después de tener noticias del cobrador de deudas —tienes 30 días según la ley federal— envía una solicitud por escrito al cobrador pidiendo
información detallada sobre la deuda, conocida como “carta de validación de deudas”. El cobrador debe detallar la deuda original, los intereses y las tasas, enviar una copia de un estado de
cuenta final de facturación y proporcionar pruebas de que existe una base válida para el cobro. La CFPB (Oficina de Protección Financiera del Consumidor) tiene una excelente carta que puedes
usar como modelo. CREA UN HISTORIAL. Pon por escrito todas las solicitudes que envíes a los acreedores, envíalas por correo certificado y guarda copias. Mantén un registro de todos los
contactos que los acreedores tengan contigo, cuándo, dónde y qué dijeron. Esto puede ser útil si te llevan a los tribunales o si necesitas presentar una queja contra ellos. NO SEAS DÉBIL. Si
un cobrador pide un pequeño pago de una vieja deuda como “muestra de fe”, piénsalo dos veces y no dejes que apelen a tu sentido del honor. Las leyes estatales hacen inaplicable la mayoría
de las obligaciones de reembolso después de cierto tiempo (en inglés), por lo general de tres a seis años. (La deuda estudiantil es una excepción importante). Pero en algunos estados,
incluso un pequeño pago de una deuda zombi puede desencadenar un reajuste del reloj de la ley de prescripción, así que ten cuidado. Y NO TE APRESURES A PAGAR EL MONTO TOTAL CUANDO TE
CONTACTE UNA EMPRESA DE COBROS Si el acreedor original ha vendido tu deuda a una empresa de cobros, ese cobrador normalmente ha pagado centavos de dólar por el derecho a cobrarla, dice
Weston. Tal vez $10 o $20 por una factura impaga de $500. “Así que no le des demasiado a un cobrador de deudas si realmente no puedes pagar esa factura”, recomienda. “Casi nunca hay una
buena razón para pagar lo que dicen que debes”. En su lugar, negocia una cantidad menor, con una promesa escrita de que la obligación ha sido saldada. PIDE SILENCIO. Una vez que los
cobradores reciben el caso, pueden tratar de abrumarte con llamadas, correos electrónicos y cartas con la esperanza de que pagues para que no te molesten más. Pero no tienes que pagar. En
cualquier momento del proceso —cuando recibes el primer aviso, mientras esperas una nueva validación o incluso más tarde— puedes pedirles que dejen de contactarte. En la actualidad, tienes
derecho a decirles por escrito a los cobradores de deudas que dejen de contactarte (el CFPB también tiene un buen ejemplo de carta). Esta es una herramienta poderosa y útil; los cobradores
que no cumplan con la solicitud pueden ser multados. PERO NO LOS IGNORES. Si tu deuda es válida, terminar la comunicación con una empresa de cobros no resuelve el problema a largo plazo. Un
acreedor puede llevarte a los tribunales; si no te presentas, tu acreedor podría recibir una sentencia en tu contra no sujeta a los estatutos habituales de prescripción de deudas. Otras
opciones incluyen planes de pago, tal vez elaborados con la ayuda de un asesor de deudas, o la declaración de quiebra. Considera también que, como muchas personas mayores, podrías ser lo que
se conoce como “a prueba de juicios”, explica April Kuehnhoff, abogada del NCLC (Centro Nacional de Leyes del Consumidor). Dado que los cheques del Seguro Social y de la Administración de
Veteranos y algunos activos, incluidas las cuentas de jubilación, están protegidos, es posible que los cobradores no tengan de dónde recuperar, incluso si te demandan y ganan un juicio.
Enviar una “carta a prueba de juicios”, de la que se pueden encontrar muestras en el sitio web del CFPB y en otros lugares, a veces puede poner fin a todo el proceso, dice. PIDE REFUERZOS.
Si un cobrador te está estafando o acosando, considera la posibilidad de obtener ayuda legal. En muchos estados, la oficina del fiscal general tiene líneas directas para las personas
mayores, y ese suele ser el mejor lugar para empezar, dice Kuehnhoff. Puedes presentar una queja al CFPB en internet o llamando al 855-411-2372. O puedes contactar a un abogado especializado
en deudas del consumidor; un buen lugar para comenzar la búsqueda es en el sitio web de la NACA (Asociación Nacional de Abogados del Consumidor —en inglés—).