¿sientes ira como cuidador familiar? No eres el único

¿sientes ira como cuidador familiar? No eres el único


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Ella describe su experiencia con el cáncer como "cuidados en esteroides". No es como cuidar de sus padres y suegros, donde puede asistir y luego marcharse. "Esto es 24/7... La


única forma de descansar es marcharme físicamente, lo que no siempre es posible". A Charlotte le resulta más difícil mantener un espacio mental positivo que intentar mantenerse


físicamente sana. "Sonreír para ayudar a la persona [que cuidas] a mantenerse positiva puede parecer una doble tarea", dice. "Y al principio no tenía idea de lo agotador que


sería". Charlotte también reconoce que, como cuidadora por naturaleza, pedir ayuda es difícil. "Normalizar la necesidad de ayuda es un comienzo", dice Thomson. "Y


especialmente en situaciones en las que hay ira de por medio, el humor también puede ser el mejor amigo del cuidador". Thomson también sugiere que "acordar de antemano una


estrategia mutua para manejar la ira puede ser útil. Para algunas familias cuidadoras, eso puede significar tomarse un descanso o respirar hondo. Disculparse después, si es posible... es una


buena manera de seguir adelante con la cabeza despejada y el corazón abierto". MANEJAR LOS GIROS INESPERADOS Jean Doliber, de 69 años y residente de Silver Bay, Nueva York, sintió un


rango de emociones cuando a su esposo, Peter, de 68, le diagnosticaron cáncer de colon hace unos meses. Dos familiares de Peter habían fallecido a causa de esta enfermedad, por lo que,


aunque había estado atento a las revisiones, el cáncer siempre fue un temor debido a los antecedentes familiares. Pero tras el diagnóstico, cuando las pruebas demostraron que no tenía


ninguna marca genética, la pregunta de por qué_ se planteó en su mente y le dio muchas vueltas. Aunque Jean reconoce que el cáncer no discrimina, esto no dejó de ser un golpe emocional._


"Siempre he sido bastante equilibrada", dice. "Habiendo trabajado en el ámbito del cáncer sin fines de lucro, pensaba que sabía lo que se sentiría al recibir el diagnóstico,


pero no lo sabes hasta que estás allí. El cáncer no es un camino lineal. Hay muchos giros y altibajos, y eso fue muy frustrante al principio". Igual que yo, Jean no es ajena al grito


primitivo cuando está sola en el auto. "Pero sé que no puedo funcionar así todo el tiempo", dice. "Cuando voy por duodécima vez a la farmacia o a pasear al perro, algo que


solía ser su trabajo, a menudo me recuerdo a mí misma que esto es lo que Peter necesita, y simplemente lo hago". Jarvis dice que estos brotes de ira suelen producirse porque hay algo


que realmente no podemos controlar o solucionar. "Nuestra capacidad para hacer cambios significativos es limitada, y la ira viene a mostrarte que aún hay algo que puedes hacer:


enfadarte de verdad", señala. Thomson sugiere que es una buena idea, en momentos de calma, hablar con un ser querido sobre la realidad de que todos en la familia, incluido el cuidador,


experimentan momentos de ira. "Una reunión familiar puede ser útil para que todos reconozcan que la ira no tiene por qué ser el tema del que nadie quiere hablar y que cada uno tiene un


papel que desempeñar para ayudar al otro a gestionarla". _*Se cambiaron los nombres para proteger la privacidad._ COMBATIR LA IRA DEL CUIDADOR Jean Doliber y Charlotte Temple,


cuidadoras familiares, nos dan algunos consejos eficaces. * Busca a un amigo que conteste el teléfono en cualquier momento del día o de la noche para escucharte, ofrecerte ideas o permitirte


despejar la mente de lo que te esté agobiando. * Sal al exterior una vez al día. Quédate frente a la puerta de tu casa si es lo mejor que puedes hacer. La naturaleza tiene poderes


restauradores. * Haz una lista de las cosas mundanas y cotidianas que necesitas o quieres hacer. El acto de tacharlas es catártico. Además, con una vida ajetreada, las cosas que antes


podíamos controlar mentalmente a veces se nos escapan.  * Permítete "sentir lo que sientes". La crudeza de las emociones durante la prestación de cuidados es real. Llora, grita,


golpea una almohada. Luego respira y sigue adelante.