11 maneras de sobrevivir al estrés de una operación

11 maneras de sobrevivir al estrés de una operación


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Soy sobreviviente de muchas operaciones que me salvaron la vida y que fueron inevitablemente inminentes, pero no inmediatas. La más reciente fue una operación en mi cerebro para reparar un


aneurisma. He aprendido a no estresarme entre el momento en que fijo la fecha del procedimiento y cuando entro en el quirófano. La clave es la distracción. Antes de mi última intervención


fui a París solo durante ocho días. Aunque es encantador viajar con una pareja o un amigo, fui sola, y me mantuve ocupada por días y noches. Estaba suspendida en el tiempo sin pensar en el


futuro. Debes seguir instrucciones específicas de tu médico, pero estas son algunas maneras de mantenerte ocupada y enfocada en algo que no sea un procedimiento médico que se avecina:


SUMÉRGETE EN EL TRABAJO Es increíble cuánto puedes hacer cuando te concentras en las tareas que debes completar. Si no tienes trabajo, crea proyectos y establece una fecha límite antes de la


operación. HAZ TAREAS VOLUNTARIAS Elige una causa en la que creas. Cuando pongas la vida en perspectiva, te sentirás agradecida de tenerla. Participa en actividades físicas Soy una ávida


nadadora al aire libre. Mi médico me dijo que podía disfrutar nadando en el verano sin aumentar mis riesgos antes del procedimiento. También me encanta bailar. Cuando tu cuerpo se mueve, tu


mente tiende a detenerse. El gimnasio es un gran opción. Caminar, especialmente en un entorno bonito, montar en bicicleta, hacer senderismo o practicar yoga, Zumba, las clases de baile o


Pilates requieren concentración. Además, cuanto más fuerte esté tu cuerpo antes de la operación, más rápido sanarás después. PASA TIEMPO EN LA NATURALEZA No importa la temporada, el


esplendor del mundo físico es restaurador. Inhala profundamente el aire limpio y escucha los pequeños sonidos que son únicos en el silencio. VISITA MUSEOS Me gusta visitar galerías de arte


donde puedo encontrar piezas que me llaman la atención. Me sumerjo en ellos en vez de simplemente deambular por el museo. Sentada frente a una pintura, trato de describir para mí misma todo


lo que veo. La pintura queda en mi mente durante días.