
Evitar la ansiedad ante un desastre natural
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Istock Quienes vivimos en zonas propensas a huracanes a menudo nos consolamos con el hecho de que, si bien los huracanes pueden ser desastres devastadores, al menos tienen la ventaja de ser
predecibles. Nuestros amigos en otras regiones del mundo luchan con incendios forestales, terremotos y tornados que pueden aparecer con muy poco aviso o sin ningún aviso previo. Pero las
tormentas se pueden ver en las imágenes satelitales y los radares meteorológicos con días —y hasta semanas— de anticipación. Quienes están en la trayectoria potencial de la tormenta tienen
mucho tiempo para prepararse. Sin embargo, la parte negativa que acompaña a esta bendición es que es fácil sentirse abrumado por el miedo, la ansiedad y el pánico a medida que se acerca la
tormenta. Ahora bien, _algo_ de miedo es sano; nos motiva a actuar y nos mantiene alertas a los peligros que nos rodean. Pero el miedo excesivo puede ser debilitante emocionalmente y
contraproducente para tomar buenas decisiones sobre los preparativos. Lo que con frecuencia nos hace cruzar esa línea entre el miedo saludable y el no saludable es la cobertura constante de
los huracanes en los medios de difusión nacionales y locales. No solo los especialistas como el Weather Channel, sino también todas las principales cadenas de noticias envían numerosos
reporteros y cámaras al lugar donde piensan que tocará tierra una tormenta, porque el impacto visual de vientos azotadores, lluvias torrenciales e inundaciones destructivas _es_ noticia… y
también es bueno para los niveles de audiencia. Cuando se está en la trayectoria proyectada de la tormenta (nosotros, quienes vivimos en la costa, sabemos qué quiere decir "estar dentro
del cono"), existe la tentación de dejar la televisión encendida para estar seguros de que sabemos qué es lo que se aproxima. Y es ese aluvión constante de advertencias lo que puede
llevarnos a cruzar el límite de lo saludable. ------------------------- RECIBE CONTENIDO SIMILAR, SUSCRÍBETE A NUESTRO BOLETÍN ------------------------- La buena noticia es que hay maneras
de estar informado sin caer en esa trampa emocional. Aquí te presentamos algunos consejos: * AL INICIO DE LA TEMPORADA: PREPÁRATE. Esto es lo más fácil de decir y lo que requiere mayor
planificación y previsión, pero cuando veas la guía de huracanes en el periódico o la tienda local, toma una copia y úsala como ejemplo para comprar provisiones y actualizar el plan de
acción para ti y tu familia en caso de que se aproxime una tormenta. Guarda la guía en un sitio donde recuerdes hasta que surja la amenaza de tormenta. * CUANDO SE FORMA UNA TORMENTA: CONOCE
CUÁNDO DEBES PRESTAR ATENCIÓN. Es probable que te enteres de la formación de una tormenta muchos días antes de que sea el momento de actuar. A menos que hayas estado desconectado por un
tiempo, la primera vez que veas la trayectoria proyectada, el cono del pronóstico no llegará hasta donde vives. Utiliza eso como una señal para verificar que estás preparado (ver punto 1),
pero hazte una nota para examinar la situación un par de días después. Solo cuando el cono de incertidumbre esté cerca e incluya el lugar donde vives (o sea lateral al lugar donde vives),
deberás comenzar a prestar verdadera atención. * CUANDO ESTÁS DENTRO DEL CONO: CONOCE LOS HORARIOS DEL PRONÓSTICO. Familiarízate con el horario de las actualizaciones y _SOLO__ _escucha
información cuando haya detalles nuevos. El Centro Nacional de Huracanes (NHC, National Hurricane Center) solo actualiza los pronósticos cada tres horas, y las actualizaciones más completas
las hace cada seis horas. Sintoniza la información solo durante las actualizaciones programadas y apaga el televisor o mira otra cosa que no se relacione con la tormenta durante el resto del
día. Si bien los medios de difusión pueden cubrir la tormenta las 24 horas, solo tienen información nueva con esas actualizaciones. Utiliza tu tiempo para realizar preparativos, no para una
sobredosis de cobertura. * CONSIDERA CONSULTAR FUENTES EN INTERNET. El Centro Nacional de Huracanes (en inglés) publica sus propias actualizaciones y puedes consultarlas directamente en
línea. Si deseas más contexto, puedes ver los informes en el sitio web de una estación de noticias local en forma de texto, que probablemente sea menos inquietante que las imágenes y el
sonido de los videos. Antes de una tormenta debes concentrarte principalmente en la información, no en las emociones; usa herramientas que maximicen la primera y minimicen las segundas para
conocer la trayectoria de la tormenta, las evacuaciones recomendadas u obligatorias y otras indicaciones de las autoridades locales —como cierres de escuelas o cancelación de eventos—,
además de cualquier otra instrucción de último momento sobre lo que debes hacer para completar los preparativos. * LA TORMENTA ESTÁ SOBRE TI: MANTENTE SINTONIZADO CON REGULARIDAD DURANTE LA
TORMENTA, PERO TAMBIÉN INTENTA DISTRAERTE. Cuando azota la tormenta, debes estar alerta de las advertencias de tornados y de otros mensajes importantes que requieran que actúes, por lo que
debes mantenerte al tanto de las noticias. Pero cuando lleguen esos anuncios importantes, habrá señales que te indicarán que debes prestar atención. De lo contrario, mantén tus fuentes de
comunicación en segundo plano (o establece recordatorios periódicos) y concéntrate en otras cosas: libros, juegos, música o películas (si tienes electricidad) pueden ayudarte a controlar el
estrés. * DESPUÉS DE LA TORMENTA: al igual que durante el paso de la tormenta, las actualizaciones serán menos predecibles y más esporádicas que al comienzo de las predicciones. Concéntrate
en la información que te sirva para actuar, como informes sobre cosas que te pueden ser útiles, ya sea relacionadas con servicios de socorro, números de teléfono para pedir ayuda o
información sobre dónde conseguir suministros. En la medida en que puedas hacer esto con recursos que no incluyan video, el impacto emocional negativo será menor. * UNA VEZ QUE ESTÉS A
SALVO: ya sea que la tormenta no te haya afectado o que tus daños no hayan sido cuantiosos, ahora es el momento de prestar atención a las imágenes que muestran el impacto de la tormenta...
pero con un propósito. Puede ser fácil dejarse llevar por un sentimiento de impotencia ante la constante cobertura de los daños causados por las inundaciones o el viento, o por el relato de
las historias de vidas alteradas o perdidas. Fíjate límites de tiempo; mira lo suficiente como para que la empatía y compasión te impulsen a ayudar, ya sea como donante, voluntario, defensor
o simplemente como amigo y ser humano. Si te sientes desesperanzado, es hora de apagar los medios de comunicación y comenzar a hacer algo para ayudar. Busca las oportunidades en tu
comunidad. Mantener el equilibrio entre estar informado y estar abrumado requiere esfuerzo. Esperamos que estos consejos te ayuden. Si tienes otros, ¡compártelos! Ayuda a evitar que el temor
inunde la vida de otras personas y aprovecha el amor para ayudarse mutuamente en la recuperación luego de la tormenta. _Jeff Johnson es Director estatal de AARP Florida._ TAMBIÉN TE PUEDE
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