Afganistán: ciudadanos recuerdan amargados la destrucción de los budas de bamiyán
- Select a language for the TTS:
- Spanish Female
- Spanish Male
- Spanish Latin American Female
- Spanish Latin American Male
- Language selected: (auto detect) - ES
Play all audios:

LOS GIGANTESCOS BUDAS DE AFGANISTÁN VIGILARON EL PINTORESCO VALLE DE BAMIYÁN DURANTE SIGLOS. LAS DOS ESTATUAS SOBREVIVIERON A LAS INVASIONES MONGOLAS Y A LAS INCLEMENCIAS DEL TIEMPO, HASTA
LA LLEGADA DE LOS TALIBANES QUE, CON SU VISIÓN ULTRARRADICAL DEL ISLAM, NO DUDARON EN DESTRUIR ESOS TESOROS ANTIGUOS. Tras años de ofensivas destructivas en todo el país, los talibanes, que
consideran cualquier representación de una forma humana como una afrenta al islam, atacaron a los Budas de BAMIYÁN, primero con disparos de artillería y luego los hicieron explotar en marzo
de 2001. Esculpidos en el centro de un acantilado en el siglo V, los BUDAS fueron destruidos con dinamita por gente local contratada por los talibanes. Ghulam Sakhi, un habitante de BAMIYÁN,
recuerda todavía con amargura el papel que fue obligado a jugar en esta afrenta a la cultura preislámica del país. “_No es algo que se puede olvidar_”, cuenta a la AFP, añadiendo que fue
capturado en el mercado con decenas de otros para ayudar a dinamitar las dos estatuas monumentales. “_Solo pensaba en salvar mi pellejo ese día_”, justifica. La destrucción de los BUDAS se
considera uno de los peores crímenes arqueológicos de la historia del mundo. Impulsó la ideología radical de los talibanes a la escena mundial apenas unos meses antes de los atentados del 11
de septiembre, que provocaron la intervención estadounidense en el país y la caída del régimen talibán. Mencionadas por primera vez en 400 d.C. en los escritos de un peregrino chino, las
estatuas recordaban la importante presencia budista en el corazón de las montañas del Hindú Kush, a lo largo de la famosa ruta de la seda. Los dos Budas medían 55 y 38 metros de altura. Las
estatuas esculpidas a mano en los acantilados de arenisca color caramelo de BAMIYÁN, estaban rodeados de una red de cuevas, monasterios y otros lugares santos. Hoy en día todavía se puede
distinguir restos de frescos. Durante generaciones, Sakhi y su familia se enorgullecieron de los tesoros arqueológicos que atrajeron a turistas de todo el mundo que recorrieron el famoso
“_sendero hippie_” en los años 1960 y 1970. “_Los turistas extranjeros llegaban en gran número para visitar las estatuas y muchas personas, entre ellas mi padre, les proporcionaban comida y
otras cosas por dinero_”, cuenta Sakhi. “_El trabajo iba bien. Todos los comerciantes, choferes, terratenientes y otros se beneficiaban_”. Pero la llegada de los talibanes al valle, con sus
armas pesadas y sus visiones apocalípticas, sacudió para siempre el paisaje de BAMIYÁN. Los Budas “_eran bellos, una fuente de esperanza para la gente_”, recuerda Hamza Yosufi, un habitante
testigo de la destrucción de las estatuas. La enorme explosión, filmada, se sintió en todo el valle, llenándola de polvo y humo. “_Fue aterrador... me rompieron el corazón, como a todo el
mundo_”, lamenta. “VAN A DESTRUIR TODO” En el AFGANISTÁN, pocos lugares se han beneficiado tanto como BAMIYÁN de la caída del régimen talibán. La población local, en su mayoría chiita, ha
reconstruido escuelas, ha recibido ayuda humanitaria con los brazos abiertos y ha restablecido uno de los pocos lugares que siguen atrayendo turistas extranjeros a pesar de la guerra que
sigue asolando el país. El remoto valle es considerado uno de los lugares menos peligrosos del país. “_Si los Budas estuvieran todavía en pie, la industria turística sería actualmente
prósper_a”, lamenta Ishaq Mowahed, director del Departamento de Cultura de BAMIYÁN. A pesar de todo, los nichos vacíos en el acantilado siempre atraen a los turistas, insiste, al igual que
los paisajes idílicos de BAMIYÁN, propicios para el senderismo. Pero el lento renacimiento turístico del valle está amenazado por los temores de un retorno al poder de los talibanes tras la
firma de un acuerdo entre los insurgentes y Washington el año pasado que ratifica la retirada de las tropas extranjeras antes de mayo de 2021. Pocos creen que las fuerzas afganas puedan
hacer frente a los talibanes sin la protección de las fuerzas aéreas y especiales de Estados Unidos. “_Si los talibanes vuelven con la misma ideología que llevó a la destrucción de los
Budas, van a destruir todo lo que qued_a”, se preocupa Mowahed. En un comunicado el mes pasado, los talibanes se comprometieron, no obstante, a proteger la herencia cultural país. Nadie
tiene el derecho “_de excavar, transportar o vender antigüedades donde sea”, o sacarlas del país con otro nombre_”, señala el texto. Pero en BAMIYÁN, sigue siendo difícil confiar en los
talibanes. “_Fue un crimen y el mundo no puede ni debe perdonar u olvidar_”, explicó Anar Gul, de 23 años y licenciado en arqueología de la Universidad de BAMIYÁN. Fuente: AFP