Siete semanas, siete carreras | diario sur

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marina rivas Martes, 5 de mayo 2020, 02:57 Comenta Compartir Nunca tuvo vocación de atleta; de hecho, nunca antes de los 30 años practicó deporte, más allá de pequeñas píldoras de actividad


física para su mantenimiento personal. Pero siempre se dice que hay que probar antes de descartar una idea. La malagueña Carmen Aguilar, de 37 años, es asmática desde pequeña y siempre ha


recibido tratamiento. Sin embargo, fue una niña rebelde y, pese a que se ahogaba cuando corría, no hacía el debido caso a las indicaciones de su médico. Con la edad, como es normal, cambió,


sobre todo porque una doctora le abrió los ojos y le recomendó seriamente que realizara ejercicio. Dicho y hecho. Comenzó con el gimnasio y al poco tiempo debutó en el mundo de las carreras


populares, tanto en asfalto como por la montaña. A día de hoy, es deportista de alto rendimiento, forma parte de la selección andaluza de trail, fue tercera de España por equipos en 2019 y


es uno de los nombres de referencia locales en los circuitos provinciales. En las pruebas de la federación de atletismo corre con el Club Nerja, y en las de la federación de montaña, con el


WeRun. Aguilar también lleva un tiempo testándose en los 'ultras' (carreras de larga distancia, muchas de más de 100 kilómetros) y con resultados destacables. Por ejemplo, su


quinto puesto en la clasificación femenina de la Euráfrica del pasado año. Una prueba de cuatro etapas y un total de 112 kilómetros y más de 5.000 metros de desnivel positivo que discurre


entre Marruecos, Málaga, Cádiz y Gibraltar. Su inmersión en el mundo de las carreras fue rodada, y su crecimiento, exponencial. Aunque lo más gratificante es que, además de mejorar su


condición de asmática, ahora no es capaz de vivir sin hacer deporte. «Cuando corro y compito me transformo. Soy otra persona, me siento fuerte. No sé cómo he vivido tanto tiempo sin esto»,


cuenta. El inicio del confinamiento llegó en un momento complicado para ella; poco menos de un mes antes pasó por el quirófano por una fractura de cúbito a la altura del codo, donde le


pusieron una placa. Una lesión provocada por una caída mientras disputaba la CxM Calamorro, la Copa de Trail de la Diputación de Málaga. Con la saturación del sistema sanitario, anularon


todas sus citas médicas y sigue esperando indicaciones para comenzar la rehabilitación. Sigue con problemas de movilidad en esta zona, pero, como ha podido comprobar, no le afecta a la hora


de correr. LAS PRUEBAS Por ello, para no caer en la frustración, Aguilar decidió que cada fin de semana durante el confinamiento recrearía una competición diferente. Algunas ya existen y


otras las ha diseñado ella misma. En alguna de estas pruebas le acompañó su pareja, que también es corredor. Coincidiendo con la fecha inicial de la Media Maratón CaixaBank Ciudad de Málaga


(domingo 22 de marzo), para la que estaba inscrita, apostó por que esta fuera su primera carrera en su domicilio. Pasa estos días en una casa de campo (tipo cortijo) en Totalán, por lo que


tiene algo de espacio en su terreno. Eso sí, los 21 kilómetros de la carrera los realizó en su patio. El segundo reto fue una carrera de obstáculos de 10 kilómetros, y el tercero, un duatlón


en el que realizó seis kilómetros corriendo, una hora en bici recreando el desnivel y después tres kilómetros más corriendo. El cuarto reto fue su particular versión de la Euráfrica; se las


ingenió para dividir la prueba en cuatro etapas, de 10, 12 y 20 kilómetros y una última de 5 con desnivel. Esta última etapa coincidió con el Festival Deportivo Solidario, impulsado por el


malagueño Juan Antonio Blanca y que recaudó 50.000 euros para Bomberos Sin Fronteras, encargados de la creación y distribución de pantallas protectoras por toda España. En su quinta


prueba,Aguilar recreó la subida al Pico del Cielo de Nerja. Incluso, diseñó una cruz como la que marca en la realidad la cumbre de esta montaña axárquica de 1.500 metros. «Aquí el reto era


conseguir 1.000 metros de desnivel», añade. Continuó con las pendientes en su sexta prueba: su particular Zegama Aizkorri guipuzcoana, un exigente maratón por la montaña con más de 5.500


metros de desnivel en la realidad. «Este reto en casa lo hicimos mi pareja y yo, y creo que fue el más duro. Lo partimos en dos días. En el primero simulamos un kilómetro vertical (se


ayudaron de una pequeña pendiente de tierra en su finca) y al día siguiente hicimos gran parte del recorrido de la carrera. Hasta hicimos los banderines que indicaban el camino y demás»,


recuerda. La séptima y última prueba fue más liviana, un recorrido suave a modo de 'gymkana' en el que también participaron las hijas de su pareja. Una especie de calentamiento


antes de regresar, por fin, a sus rodajes por la montaña. Una vez comience con la rehabilitación, la malagueña (entrenada por Raúl López 'Kapurro') empezará a preparar sus próximos


retos, aunque la incertidumbre del calendario lo complique todo. Comenta Reporta un error