El mapa del impuesto sobre la riqueza en la unión europea - mapas de el orden mundial - eom

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21 diciembre, 2021 Esta funcionalidad está reservada a suscriptores. Esta funcionalidad está reservada a suscriptores, por solo 5€ al mes puedes suscribirte.Guardar mapa PLEASE LOGIN TO


BOOKMARK Un impuesto a los multimillonarios que frene la concentración de la riqueza y reduzca los fuertes niveles de desigualdad. O, al menos, que acabe con un sistema fiscal que permite


que los ricos paguen menos impuestos que sus secretarias, tal y como aseguró en su día el multimillonario estadounidense Warren Buffett. La propuesta de una tasa sobre la riqueza ha vuelto


al centro del debate político, especialmente desde que en las pasadas elecciones norteamericanas dos candidatos demócratas, Elizabeth Warren y Bernie Sanders, incluyeran en sus programas


electorales este tipo de políticas redistributivas. La medida parece que se quedará finalmente en el cajón de las buenas intenciones —no ha sido incluida en el último borrador del gran plan


social que trata de aprobar el Gobierno de Joe Biden—, pero parece complicado que desaparezca de la agenda en un momento en el que la crisis económica del coronavirus se sigue cebando con la


población más vulnerable y premiando a la más acomodada, tanto en EE.UU. como en otras partes del mundo. En el caso de la Unión Europea, la existencia de un impuesto sobre el patrimonio


como herramienta para equilibrar las cuentas estatales y los índices de desigualdad ha sido, durante tiempo, bastante más conocida que en el país norteamericano. De hecho, solía ser un


tributo habitual en la región hasta hace unas décadas, cuando gobiernos de todo signo comenzaron a abolir este tipo de tasas específicas sobre la riqueza. Según datos recopilados por la


Dirección General de Fiscalidad y Unión Aduanera de la Comisión Europea (TAXUD, por sus siglas en inglés), hasta nueve países —Francia, Alemania, Polonia, Rumanía, Irlanda, Suecia,


Finlandia, Bélgica y Países Bajos— han derogado parcial o totalmente el impuesto a la riqueza en la Unión Europea desde 1990, convirtiendo esta tasación en un rara avis dentro del espacio


comunitario. En la actualidad, y aunque algunos países han tratado de trasladar parte del gravamen sobre la riqueza a otros tributos, solo un país mantiene un impuesto general sobre la


riqueza en la Unión Europea: España. El impuesto fue recuperado de forma transitoria por el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero en 2011 para hacer frente a los peores


momentos de la crisis financiera, aunque luego fue prolongado por el Ejecutivo conservador de Mariano Rajoy. > ¿Cuánta riqueza esconden los residentes de la UE en paraísos > fiscales?


Junto a España, apenas otros tres países mantienen tasaciones parciales o limitadas sobre la riqueza y el patrimonio: Italia, donde se gravan las propiedades e inversiones en el extranjero;


Países Bajos, que grava el rendimiento neto de los ahorros y las inversiones; y Bélgica, donde se aplica sobre los instrumentos financieros de gran valor. Estos dos últimos miembros


comunitarios forman además parte de la lista de países que han derogado parcialmente el impuesto sobre la riqueza en los últimos años. Incluso el caso de España es muy limitado: el impuesto


a la riqueza, de carácter estatal, solo se aplica si las comunidades autónomas no han aprobado su propia escala fiscal. Y en algunas, como Madrid, el tributo está bonificado en un 100% o


cuenta con numerosas exenciones. Es decir, en muchas regiones de facto está derogado. De hecho, España sigue siendo uno de los países de la UE con mayor índice de desigualdad. En total,


apenas un tercio de los ultrarricos que viven en España pagan el impuesto sobre el patrimonio, que solo genera un 0,5% de los ingresos fiscales del país. > ¿Se acabó la evasión fiscal? La


 revolución del impuesto de > sociedades global Pero, ¿qué tasa exactamente este gravamen? El impuesto sobre el patrimonio, también conocido como impuesto sobre la riqueza o la fortuna,


se aplica sobre el valor neto de los activos —como las acciones o las inversiones inmobiliarias— que poseen las personas físicas. Así, su principal función es tasar la riqueza que no se


construye sobre la renta y los ingresos, y que en ocasiones no se ve afectada por impuestos generales como el IRPF. Según la TAXUD, los impuestos sobre la riqueza que han existido en la


Unión Europea presentaban algunas debilidades, tanto en su diseño como en su aplicación. Por un lado, han sido por lo general muy costosos de administrar por parte de las haciendas públicas,


al tiempo que eran relativamente fáciles de eludir. Además, generaban pocos ingresos, en parte por las fuertes exenciones a las que se ha ido sometiendo a determinados activos, que además


se han vuelto muy difíciles de categorizar. En último término, los bajos umbrales de exención también podían generar distorsiones sobre las decisiones de ahorro. > ¿Dónde están los 


paraísos fiscales del mundo? A nivel comunitario, Francia ha sido el último país que ha decidido acabar con esta tasa. Emmanuel Macron derogó en 2017 el impuesto sobre el patrimonio y lo


sustituyó por otro sobre la propiedad inmobiliaria, argumentando que este tipo de bienes no se pueden trasladar al extranjero, algo que sí que ocurre con otro tipo de activos. Frente a esto,


algunos estudios, como los llevados a cabo por los economistas Grabiel Zucman y Emmanuel Saez, sugieren que ha sido la falta de interés por modernizar estos tributos, más ideológica que


económica, lo que ha que terminado por socavar su eficacia e integridad. Un nuevo diseño en las políticas fiscales, aseguran los académicos, podría evitar prácticas como la elusión y la


evasión, que siguen siendo muy habituales a pesar de que han desaparecido muchas de las tasaciones específicas sobre el patrimonio. > ¿Cuánto aumentaría la recaudación con un impuesto de 


sociedades > global? Así ha ocurrido, por ejemplo, con las las grandes compañías norteamericanas: la reforma fiscal llevada a cabo por Donald Trump en 2016 —prácticamente la única medida


de calado en sus dos primeros años de mandato— no ha supuesto ningún un cambió significativo en el porcentaje de beneficios que las grandes compañías trasladan a los paraísos fiscales, a


pesar de que la norma reducía significativamente la presión fiscal sobre grandes patrimonios y los beneficios empresariales. __Descargar mapa __ Creative Commons BY-NC-ND × Gracias por


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