Carlos v 'celebrará' manco los 500 años de su viaje a granada | ideal
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Lunes, 26 de mayo 2025, 00:15 | Actualizado 08:58h. Comenta Compartir En 2026 sucederán cosas muy importantes en Granada. Sabremos, por ejemplo, si la ciudad ha superado la primera criba de
candidatas a la Capitalidad Cultural Europea en 2031. Y también conmemoraremos seis meses decisivos en la historia de Granada. Se cumplen los quinientos años del viaje de Carlos V e Isabel
de Portugal. La pareja, que acababa de casarse en el Alcázar de Sevilla, llegó el 4 de junio de 1526 y se marchó el 10 de diciembre. En total, 189 días en los que el emperador dejó una
impresionante herencia en forma de monumentos como un precioso palacio en la Alhambra o una iglesia consagrada a San Matías, y también en forma de la cédula fundacional de la mismísima
Universidad. Por todo ello, Granada ha rendido tributo a Carlos V en numerosas ocasiones. Y así fue como en 1948, siendo alcalde Antonio Gallego Burín, el Boletín Oficial del Estado publicó
que se instalaría una escultura de Carlos V en lo que hoy día se conoce como la plaza de Derecho. Una obra de arte, realizada a partir de un modelo de Pompeo y Leone Leoni, que en los
últimos cuarenta años ha sido dañada en reiteradas ocasiones. Hasta el punto de que hoy día le falta el brazo derecho. Y si el dueño de la escultura, o sea el Ayuntamiento, no lo remedia en
los próximos meses, así, manco, 'celebrará' el bueno de Carlos V el medio milenio de su histórica visita a Granada, por la que sentía tanta predilección que incluso sopesó
instaurar aquí la capital del reino, tal y como indica una de las personas que mejor conoce la vida y la acción política del nieto de los Reyes Católicos, Francisco Sánchez-Montes,
catedrático de Historia Moderna de la Universidad de Granada. El Ayuntamiento ha arreglado la amputación de Carlos V en reiteradas ocasiones y, al parecer, según confirma el portavoz
municipal Jorge Saavedra, volverá a hacerlo «en cuanto se pueda abordar económicamente la intervención». Saavedra reconoce que «es una asignatura pendiente» y recuerda que esta situación es
consecuencia de los vándalos. NEWSLETTER Desde el punto de vista técnico, no es una intervención que implique mayor complejidad. Básicamente porque esa extremidad superior se ha reconstruido
en múltiples ocasiones y porque existe abundante información sobre la 'fisonomía' de esta figura modelada en piedra de Sierra Elvira en estilo naturalista. Se observa a Carlos V
vestido a la usanza militar, con capa, pisando un casco. El fajín indica que es el máximo representante de la fuerza. En el pedestal inferior se puede leer 'Carolvus Imp'. EL
EMPERADOR VALORÓ INSTAURAR LA CAPITAL DEL REINO EN GRANADA, DONDE ORDENÓ LA CONSTRUCCIÓN DE UN PALACIO EN LA ALHAMBRA Carlos V fue colocado ahí por el Ayuntamiento, que ratificó un
presupuesto de 42.238 pesetas sufragado por el Ministerio de Educación Nacional. Es una réplica de la que se conserva en el Museo del Prado, realizada por Pompeo y Leone Leoni a finales del
siglo XVI. La ubicación no fue aleatoria. Todo lo contrario. Estaba perfectamente estudiada. Formaba parte de un proyecto escenográfico, incluido en un plan de micro intervenciones
históricas ideado por Gallego Burín, relata Sánchez-Montes. «Estamos en los años cuarenta, en un periodo de plena reivindicación patria que defendía los valores del imperio», dice el
profesor, quien agrega que en ese momento el rectorado se localizaba en el Colegio San Pablo, donde estaba y sigue estando la Facultad de Derecho. «Es un lugar lleno de significado porque
estamos hablando del fundador de la UGR», señala Sánchez-Montes. En esa misma época, en 1950, la institución académica incorpora un busto de yeso policromado de Carlos V y en 1966, la imagen
en bronce fundido que está en uno de los patios del Hospital Real, que había pasado a dominio de la UGR en 1961 –aunque no se instaló allí hasta 1980–. LA FALACIA DE LA LUNA DE MIEL
Sánchez-Montes explica que Carlos V se esposó con su prima carnal, Isabel de Portugal, un mes antes en los Reales Alcázares de Sevilla. «Es una falacia que se diga que vinieron a Granada de
luna de miel, que es un invento burgués de finales del siglo XIX», subraya. «Su intención de desplazarse hasta aquí –prosigue– ya estaba en los escritos de Martínez Salinas, y su verdadera
intención no era otra que, como gran defensor de la cristiandad, dejar patente su poder ante los súbditos en un territorio como Granada, que había sido conquistada por los Reyes Católicos
apenas treinta y cuatro años antes». «Era el gran viajero de su tiempo». Lo recibió el Conde de Tendilla, que fue quien realizó la salutación. Hubo leilas –danzas moriscas– y algarabías. A
partir de ahí no paró de adoptar decisiones de enorme calado para Granada, pero también para todo el reino. Ordenó que se levantara un palacio en la Alhambra. «El milagro del Renacimiento,
un círculo en un cuadrado», refiere Sánchez-Montes, quien aclara que él nunca llegó a verlo porque no regresó a Granada y porque la monarquía tenía un carácter itinerante. ¿Por qué lo hizo?
A juicio de Sánchez-Montes, porque la investigación ha demostrado que en algún momento ponderó que Granada ostentara la capitalidad. Pero no legó tan solo el Palacio de Carlos V, sino que
culminó el Hospital Real. También fue el promotor de la iglesia de San Matías, una de las más bellas de Granada; el Pilar de Carlos V, que representa los tres ríos de Granada y las cuatro
estaciones del año;y la Puerta de las Granadas, un arco triunfal que permitía la entrada al cementerio de la Sabika. En Granada sucedió mucho más. Carlos V negoció la devolución del Ducado
de Borgoña por parte de Francisco I, impulsó el Consejo de Estado, reformó las leyes de las Indias y atendió la cuestión morisca. También dejó preñada a Isabel de Portugal en el Convento de
San Jerónimo, donde concibieron a Felipe II. ¿Se merece Carlos V tener una estatua destrozada en el corazón de Granada? La duda ofende. Comenta Reporta un error