
La estrategia que le dio el giro a simon yates | ideal
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En el ciclismo, como en otros deportes, la victoria suele estar aparejada al talento individual o colectivo. El PSG apabulló al Inter en la final ... de la Champions gracias a su juego
colectivo y sus brillantes individualidades. Yates se llevó el Giro por su condición física y el apoyo de sus compañeros. Pero en casi todos estos casos, y hasta en los fracasos, la
estrategia ocupa un lugar fundamental. Incluso en los kilómetros neutralizados. Cada día se ven ejemplos: en el GP de Fórmula 1 en Montmeló, con el 'safety car' en pista, los dos
coches que iban delante, los de Piastri y Norris, ralentizaron las vueltas tras el vehículo de seguridad todo lo posible para evitar que Verstappen calentara sus ruedas nuevas. Lo
consiguieron. El neerlandés cometió varios errores y fue relegado. En el Giro, el pelotón se detuvo para saludar al Papa León XIV, que atendió a los portadores de los maillots. Nairo
Quintana se quedó atrás cuando se reanudó la marcha, se acercó al Papa y consiguió una audiencia breve pero privada cuando ya no quedaba ningún ciclista. No iba a ser menos que Egan Bernal,
que años atrás le entregó a su antecesor Francisco una maglia rosa y una bicicleta. La táctica de Nairo resultó fundamental para cumplir su objetivo. Fue la del colombiano una buena jugada
con beneficios espirituales, aunque en los deportivos, nada mejor que la del equipo Visma para ganar el Giro. Anoche (por el sábado) mismo le dije: «Vamos Simón, créelo», confesaba su
compañero Edoardo Affini a Bicipro. «Y como yo, los demás también. Intentamos darle el empujón adecuado y ocurrió esto. Estaba estudiado, planeado sobre el papel, aunque dependía de otras
variables: «No es que tuviera que hacer exactamente lo que hizo, sino que se creó un grupo grande de fugados, queríamos poner a un hombre dentro y Wout Van Aert logró entrar. Entonces, tal
como discurrió la carrera surgió un plan perfecto». Para el vizcaíno Matxin, el director deportivo del UAE, el equipo de Isaac Del Toro, sucede que, «entre dos personas batalladoras, el
tercero lo disfruta. Isaac y Carapaz se vigilaban de cerca, las instrucciones eran esas, solo que en cierto punto había que intentar seguir a Yates, pero tampoco era tan fácil», porque, «el
rival número uno era Carapaz». La carrera demostró que no era así. «En etapas como esta los datos no significan nada. Isaac siempre sabía todo sobre las diferencias y todo lo que pasaba
durante la carrera», confiesa Baldato, «tanto que en un momento determinado le dijimos que estaba perdiendo el maillot y de hecho incluso intentó volver a acelerar. Hizo lo que tenía que
hacer, pero al final le faltaron las piernas». Según el director deportivo del equipo de los Emiratos, «Yates no ganó el Giro porque tuviera a su compañero de equipo delante, porque cuando
lo alcanzó ya estábamos a 2,20», pero «saber que Van Aert está delante te da más fuerza, porque en el valle saber que tienes a un hombre así es algo muy valioso y te puede dar mucho más».
«ÉL HIZO TODO POR MÍ» En el bando de Richard Carapaz, quien explica las circunstancias es Juanma Gárate: «Ha intentado hacer lo que queríamos, mantenernos compactos y marcar un ritmo muy
fuerte al inicio del Finestre para intentar despegar a Del Toro», aunque «era evidente que Del Toro tenía control sobre Richard. En ese momento era como jugar al póker. Yates intentó irse
dos o tres veces y siempre cerraba Carapaz, pero en cierto momento dijimos: 'Bueno, si tú nunca cierras, yo tampoco. Lo pierdo pero quizá tú también lo pierdas', señala el director
irunés. Luego, con Del Toro esperando a Majka y McNulty, apunta Garate que, «con Van Aert por delante no se pueden tener dudas y esperar dos minutos más para intentar cerrar de a cuatro. En
ese momento, no tuvimos más remedio que seguir su propio ejemplo y dejarles la responsabilidad». La visión de Yates resulta fundamental para explicar la táctica de su equipo: «Sabía que
como estaba diseñada la carrera, todo se decidiría en esta última semana. Así que se trató más de mantenernos a salvo y no perder el tiempo en la primera parte y eso, gracias a mis
compañeros de equipo, fue increíble. Siempre he estado en el lugar correcto en el momento correcto». Recuerda que su equipo, el Visma, siempre metió corredores en todas las escapadas, «pero
esta vez fue el primer día que realmente lo usamos a nuestro favor», y se pregunta: «¿Quién estaba delante? Wout. No tuve dudas, él hizo todo por mí».