
El granada 'renuncia' al ascenso | ideal
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El Granada 'renunció' al ascenso en la peor noche de la temporada en su estadio. Precisamente, en el momento clave, cuando los mejores han de ... mostrar sus verdaderas hechuras.
Pues esto es lo que hay. Los nazaríes derramaron una oportunidad enorme de regresar al 'play off' tras la derrota del Almería con una derrota bochornosa. El Eibar se alimentó de
los nervios de un equipo deformado en su inicio por un entrenador absolutamente superado. Tuvo que reconstruir todo al descanso, pero lo único que asomó fueron las vulnerabilidades de un
equipo frágil de manera endémica. Nadie se escapa de este desastre y los aficionados estallaron. Se lo hicieron saber a los del verde y a los del palco con todo merecimiento. No hay indulto
para nadie y solo vítores para Antonio Puertas, que esta vez no marcó para los armeros, pero sí asistió. Esta campaña tiene la persiana cediendo aunque queden tres partidos. Que los números
sostengan la hipótesis feliz no engaña a nadie. La buena racha reciente se sostuvo en paradones de Mariño y algunos fragmentos de lucidez. Cuando el portero se hizo terrenal y el esférico
dejó de entrar, se descubrieron las carencias de un conjunto en el que todos están en una versión espectral. Fran Escribá, tipo sereno y meticuloso, fue el primero que desbarró en una velada
para olvidar. Granada CF Diego Mariño; Rubén Sánchez (Siren Diao, m. 76), Miguel Rubio, Loïc Williams, Brau; Sergio Ruiz (Juanma Lendínez, m. 76), Gonzalo Villar, Hongla (Rodelas, m. 46),
Manu Trigueros (Rebbach, m. 46); Lucas Boyé y Borja Bastón (Stoichkov, m. 46). 0 - 2 SD Eibar Magunagoitia; Cubero, Arnau Comas (Arambarri, m. 21), Arbilla, Cristian Gutiérrez (Arrillaga, m.
76); Matheus, Sergio Álvarez, Javi Martínez (Iván Gil, m. 86), Corpas, Guruzeta (Carrillo, m. 86); y Antonio Puertas (Pascual, m. 76). * GOLES: 0-1, m. 61: Corpas; 0-2, m. 68: Guruzeta. *
ÁRBITRA: Marta Huerta de Aza (comité canario). Ninguna amonestación en los locales; y amarilla al visitante Arbilla (m. 63), . * INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la jornada 39 de
LaLiga Hypermotion, disputado en el estadio Nuevo Los Cármenes ante 14.923 espectadores. A falta de un extremo, Tsitaishvili, Fran Escribá renunció de inicio al otro, Rebbach. Formó con un
rombo de cuatro pivotes, que es diamante cuando sus intérpretes brillan pero que se tornó en una geometría deforme. Con un cuarteto de futbolistas sin mal tacto pero que, salvo Hongla, todos
buscaban el balón al pie, todo dependía del despliegue en ataque. Paradójicamente, sin ninguna profundidad por las bandas, Escribá situó a dos delanteros 'tanque', sobre todo uno,
Borja Bastón, un carro de combate de otras guerras antiguas, descatalogado. Lucas Boyé, como siempre, fue el único que con sus controles, refriegas, giros y regates alimentó algo el ataque,
aunque sin exageraciones. Para que el sistema funcionara mejor, requería en teoría de las subidas continuas de los laterales. Rubén Sánchez intentó salir, aunque parecía una liebre por el
bosque. Brau, al que se le nota la falta de engrase, se incorporó en busca de opciones de disparo, pero se le fueron todas fuera. Al principio, parecía que la novedad no traería tan malos
pasajes, cuando Villar se mostró más atrevido en las conexiones, pero el Eibar fue alternando una presión inteligente con mucho orden en el centro, tapando pasillos y obligando al Granada a
jugar una y otra vez atrás, lo que impacientó al respetable, donde hay muchos que prefieren el fútbol más directo. Los pitidos afloraban ante la circulación parsimoniosa del equipo y de ese
ambiente viciado se desencadenaron errores de varios jugadores, imprecisos sobre todo a partir del ecuador del campo. El Eibar se despidió del primer tiempo con algunas llegadas peligrosas,
sobre todo en una de Corpas. Magunagoitia apenas se tuvo que anticipar en algunas acciones porque la exigencia resultó mínima en varias intentonas fuera de los rojiblancos. Urgían cambios
por la cuenta que le traía a Escribá, que a pesar de contar con nueve días de preparación, desde luego su arreglo táctico quedó en fiasco. No se contempló lo de Málaga, porque habría
suscitado un concierto de viento en la grada en todo momento, pero sí la sensación de que una escuadra tan inocua no puede ni imaginar el salto de división. En reconocimiento a su error
flagrante, Escribá hizo tres sustituciones en el entreacto y un nuevo dibujo más convencional, con Rebbach a la derecha, Rodelas a la izquierda y Stoichkov con Boyé, el 4-4-2 de toda la
vida, sin alturas extrañas. Todo adquiría otro perfil y el Granada empezó a acampar en el terreno de los armeros, con un primer aviso de Loïc. Con el Granada más lanzado, el Eibar también
varió el semblante. Buscó el espacio por dentro y Puertas probó fortuna desde lejos, reaccionando bien Mariño, aunque el que tuvo que hacer un tremendo escorzo fue Magunagoitia en un cabeceo
de Stoichkov. Rodelas, por fin con un tiempo completo, fue afinando esos centros tan suyos que enroscan y cogen poca altura. Pero el chut no llegaba y los intercambios de golpes se sucedían
hasta que el Eibar, con un Puertas astuto, encontró una rendija para conectar con Corpas, que encontró la red como si llevara un láser. De pronto, el peor escenario posible. El cabreo se
extendía entre el público ante los contragolpes de los vascos, cada vez más frecuentes. En estas, Loïc se durmió en una pelota llovida que le arrebató Puertas en los morros y el almeriense,
con sutileza y sin nervios, se la dejó a Guruzeta completamente solo en el área pequeña para concretar el 0-2. La hinchada se descompuso. Mercenarios a los futbolistas, exigencia de
dimisiones a los del palco. Un bochorno creciente, con solo un espacio para la ovación: la que mereció sin duda Antonio Puertas, uno de los héroes europeos, que devolvió el gesto con cariño.
En la última pirueta, Escribá abundó en el despropósito. Quitó a Rubén Sánchez y Sergio Ruiz, metió a Juanma Lendínez y Siren Diao. Un módulo asimétrico, desesperado, con huecos sangrantes,
como si fuera una prórroga, pero de un partido infantil, todos para arriba a lo que salga. Tirar, tiraron. A la red, absolutamente nada. Más cerca estuvo el tercero de los visitantes que
otra cosa. Los asientos se despoblaron, las críticas arreciaron y la sensación creciente es que el año que viene el Eibar, esa 'bestia negra', volverá a este estadio, que seguirá
en la misma categoría.