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El almería no quiere quitarle la razón a la historia | ideal
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Martes, 27 de mayo 2025, 23:35 Comenta Compartir Desde la implantación del sistema actual de ascenso a la máxima categoría en el fútbol español, que combina dos plazas de ascenso directo
para los dos primeros clasificados al término de la liga regular y una tercera plaza que se decide en un playoff entre los equipos que terminan tercero, cuarto, quinto y sexto, la UD Almería
ha vivido el drama y la gloria de ambas vías. Esta dualidad hace que el ascenso a Primera División sea una batalla apasionante y a la vez imprevisible, donde las estadísticas y la historia
desvelan datos sorprendentes y desmontan mitos comunes. Uno de los aspectos que más llama la atención es la relevancia del título de campeón de invierno. En este sentido, el que lidera la
clasificación al término de la primera vuelta tiene plaza en superior categoría. La historia 'dicta sentencia' y de las catorce temporadas disputadas bajo este sistema trece
campeones de invierno lograron finalmente el ascenso directo a la máxima categoría, consolidando así la importancia de un rendimiento sostenido durante toda la temporada. La única excepción
a esta regla es la UD Las Palmas, que en la temporada 2014/15 fue campeona de invierno, pero terminó ascendiendo vía playoff tras finalizar tercera en la tabla, ascenso al fin y al cabo.
Esta realidad subraya cómo ser líder a mitad de temporada supone un colchón fundamental para alcanzar el objetivo final sin necesidad de disputar las eliminatorias, con toda la incertidumbre
que ello implica. Sin embargo, el playoff de ascenso se ha consolidado como un escenario donde la emoción, la tensión y la capacidad para sobreponerse a la presión marcan la diferencia y
permiten que equipos con menor rendimiento en la fase regular del campeonato liguero tengan aún la oportunidad de subir. EN LOS DOS ESCENARIOS La UD Almería ha experimentado ambas caras de
esta moneda en sus dos ascensos más recientes. En la campaña 2012/13, el equipo rojiblanco acabó el campeonato en tercera posición –no pudo ganar en la última jornada al Villarreal, lo que
le hubiera dado el billete–. Como líder figuró el Elche y el cuadro de Javi Gracia no pudo beneficiarse del ascenso directo, por lo que tuvo que jugárselo todo en la promoción. El Almería
superó dos eliminatorias muy exigentes, primero contra Las Palmas y posteriormente ante el Girona, en un playoff que reflejó la calidad, la resistencia y la ambición de un equipo que supo
rendir en los momentos más decisivos. En contraste, en la temporada 2021/22, la del último ascenso a Primera División, la UD Almería fue campeona de invierno y logró mantener el liderato
hasta el final para ascender directamente, evidenciando que la constancia y el rendimiento a lo largo de toda la Liga pueden ser decisivos para evitar los riesgos del playoff. Puede que haya
quienes digan que por suerte –la derrota del Eibar en Alcorcón–, pero lo cierto y verdad es que el equipo de Rubi logró ¡81 puntos! y es cicatera la aseveración de que aquel ascenso lo dio
el Alcorcón. Son 42 jornadas de Liga y ese tropiezo eibarrés pesó tanto como el empate indálico en Leganés, que certificó el salto de categoría. COMPLEJIDAD No obstante, estas historias
personales no reflejan la complejidad y la variedad de resultados que ofrece esa fase a vida o muerte en dos eliminatorias postreras, un torneo que descompone la correlación entre la
clasificación y el éxito final. De las catorce ediciones disputadas, la posición de tercero, teóricamente la más privilegiada en la promoción, sólo ha logrado ascender en tres ocasiones
–Valladolid, en la 2011/12; la UD Almería, en la 2012/13, y Getafe, en la 2016/17–. La cuarta y quinta plaza han tenido idéntico éxito, con tres ascensos cada una, mientras que el sexto
clasificado ha sorprendido al lograr ascender en cinco ocasiones, siendo la plaza que más veces ha alcanzado la gloria en esta fase –Córdoba, en la 2013/14, ganando en El Gran Canaria;
Osasuna, en la 2015/16; Elche, en la 2019/20; Rayo Vallecano, en la 2020/21, y Girona, en la 2021/22–. El caso más emblemático es el del Club Atlético Osasuna, que en la temporada 2015/16
accedió a Primera División desde la sexta posición, demostrando que en el playoff no siempre gana el mejor clasificado ni el favorito sobre el papel. De hecho, estas estadísticas revelan que
el formato de las eliminatorias iguala las oportunidades y favorece a aquellos equipos capaces de gestionar la presión, adaptarse tácticamente y mantener la concentración en partidos
decisivos de alta intensidad. También el Real Valladolid, que ascendió desde la quinta plaza en la temporada 2017/18, ejemplifica cómo el playoff es un terreno propicio para la sorpresa y la
batalla mental. En estas condiciones, la regularidad durante la Liga se ve supeditada a la capacidad de resiliencia y a la fortaleza psicológica para superar las eliminatorias. DESGASTE
FÍSICO Y EMOCIONAL El ascenso por la vía del playoff, además, conlleva un desgaste físico y emocional considerable, debido a que son partidos de alta tensión, muchas veces con prórrogas y
tandas de penaltis hasta la 2020/21, ya que en la 2021/22 primaba la clasificación en caso de empate al término de la prórroga. La gestión del vestuario, la preparación táctica específica y
la lectura del rival se convierten en claves para afrontar con éxito estos duelos que definen el futuro inmediato del club. En este sentido, la UD Almería ha sabido adaptarse bien a ambos
contextos, tanto en la promoción como en la lucha directa por el título de la Liga regular. En su ascenso de 2012/13, la experiencia y la madurez del equipo, junto a la habilidad para
sobreponerse a la presión del playoff, fueron fundamentales para culminar una temporada brillante que permitió regresar a la élite. En la campaña 2021/22, el conjunto de Rubi demostró ser
capaz de mantener un nivel excelente durante las 42 jornadas, consolidándose como el mejor equipo en la clasificación final y asegurando el ascenso sin depender del playoff. REGULARIDAD Y
ESFUERZO Estas vivencias contrastadas del Almería ejemplifican la doble naturaleza del sistema actual. Por un lado, premia la regularidad y el esfuerzo constante; por otro, permite a equipos
con menos fortuna en la Liga mantener viva la esperanza hasta el final, haciendo de cada final un espectáculo imprevisible y apasionante. El hecho de que sólo un campeón de invierno no haya
ascendido directamente y que el sexto clasificado haya sido capaz de lograr el ascenso en cinco ocasiones habla del equilibrio y la justicia competitiva del sistema. Por tanto, el playoff
no es un premio para el mejor equipo, sino una prueba definitiva de carácter, calidad y estrategia. El análisis de estas temporadas muestra que el ascenso a Primera División es mucho más que
puntos y posiciones en la tabla. Es un fenómeno que une la persistencia, la psicología, la táctica y la pasión, donde la UD Almería ha tenido un protagonismo destacado gracias a su
capacidad para afrontar ambos caminos con éxito. MENSAJE CLARO Esta estadística y análisis aportan un mensaje claro a todos los equipos que aspiran a subir a Primera División. Ser campeón de
invierno es una ventaja capital, pero en el playoff nadie parte con el billete comprado. La igualdad, la presión y la fortaleza mental definen el destino final y ahí radica la verdadera
magia y drama del fútbol de ascenso en España. De todas formas y, aunque se sabe que las estadísticas son herramientas poderosas, ya que permiten interpretar la realidad de forma
cuantificable, identificar patrones y tomar decisiones fundamentadas, su valor depende del uso que se les dé. Cuando se presentan sin contexto, se seleccionan sesgadamente o se manipulan sus
visualizaciones, pueden convertirse en una forma sofisticada de desinformación. De ahí la conocida frase de que «la estadística es la forma más exacta de mentir con precisión». Sin embargo,
esto no es culpa de los datos en sí, sino del enfoque con que se interpretan o comunican. En manos honestas, las estadísticas son una vía hacia la verdad; en manos interesadas, pueden
ocultarla con exactitud matemática. Comenta Reporta un error