Alcaraz también sufre de noche | las provincias

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Enric Gardiner Viernes, 30 de mayo 2025, 23:53 Comenta Compartir En su estreno en la sesión de noche, tras dos días jugando de día en París, Carlos Alcaraz sufrió de lo lindo para deshacerse


del sorprendente Damir Dzumhur y ganarse un puesto en la segunda semana de Roland Garros (6-1, 6-3, 4-6 y 6-4). El murciano, que parecía lanzado a por un triunfo rápido y sin problemas ante


el número 69 del mundo, se atrapó en su propia velocidad y tuvo que sellar el triunfo a las puertas de la medianoche en París. Sí, el bosnio, un guerrero de esto y con pasado como actor en


su tierra, ya que apareció en un par de películas durante su juventud, tiene una victoria en su palmarés ante Rafael Nadal, por ejemplo, aunque viciada por un golpe de calor del español, y


ya llevó a tres sets a Alcaraz en un Challenger en Barcelona en 2020. Pero de esto hacía mucho, por lo que pensar en una sorpresa este viernes en la Philippe Chatrier era únicamente los más


atrevidos, y quizás ni eso, y Alcaraz lo demostró durante dos sets con un triunfo que apuntaba a rutinario bajo las estrellas de París. Después de una primera manga perfecta, en la que


apenas cometió dos errores no forzados, Alcaraz pudo regular sin esfuerzos y sin meterse en problemas, dado los regalos de Dzumhur, que entregó el segundo parcial con una doble falta. En el


tercero, ya con un cómodo 2-0 de colchón, es cuando mejor se sintió el bosnio, al menos durante los cinco primeros juegos, hasta que tuvo que pedir asistencia médica por unos problemas en la


cadera y en la pierna derecha. Este contratiempo trastocó la movilidad de Dzumhur de forma momentánea, pero también pareció darle más libertad a la hora de jugar, hasta el punto de


transformar un 2-3 en un 5-3 y de permitirle apuntarse un parcial contra todo pronóstico. Alcaraz, que había compaginado las risas con la mirada de seriedad hasta ese momento del partido,


pronto emborronó su cara. Comenzó a encontrarse peor, sobre todo de cabeza, e incluso pateó una pelota que se le acababa de marchar larga. El partido, sin saber muy bien cómo, se le había


descontrolado por completo. De ser una victoria por la vía rápida se había convertido en una lucha contra un rival sin nada que perder y en ascenso y contra un público que, como es lógico en


estas ocasiones y con el ticket ya pagado, se estaban poniendo de lado del más desfavorecido y de que el partido durase lo máximo posible. Por eso Alcaraz tuvo que echarse el dedo a la


oreja para pedir el apoyo de la grada cuando hizo un puntazo en el cuarto set, donde se tuvo que reponer de un 'break' en contra que amenazaba en el horizonte con un quinto set


innecesario a estas alturas de torneo. Ese gesto le ayudó a centrarse, a reconducir el rumbo y a bajarle los humos al bosnio, que desde aquel tiempo muerto hacía más de una hora no había


vuelto a mostrar ni un signo de debilidad física. Porque mientras las cosas iban bien, la gasolina de Dzumhur no parecía agotarse, pero en cuanto Alcaraz recuperó la rotura en el cuarto, al


bosnio se le torció el gesto y le empezó a salir humo de la cabeza. Aún tenía brillos y mucho mérito por el partidazo que se estaba marcando, pero no la consistencia para seguir alargando


esto. Con un resto profundo seguido de una bola larga, Alcaraz confirmó la caída de su rival y se dejó de lagunas. Necesitó más tiempo del esperado, volvió a perder un set, como en la ronda


anterior, pero lo importante es que avanza. En los octavos de final del domingo se medirá a Ben Shelton, que venció en tres sets a Matteo Gigante. Será el tercer partido ante el


estadounidense, con los dos precedentes, en Canadá 2023 y en la Laver Cup 2024, a favor del español. Comenta Reporta un error