
En busca de las pilas verdes que acabarán con los apagones | la verdad
- Select a language for the TTS:
- Spanish Female
- Spanish Male
- Spanish Latin American Female
- Spanish Latin American Male
- Language selected: (auto detect) - ES
Play all audios:

Sábado, 17 de mayo 2025, 07:37 Comenta Compartir El apagón que el pasado 28 de abril nos iluminó en España, Portugal y parte de Francia sobre la importancia de mantener un flujo eléctrico
equilibrado en todo momento nos dejó claro, como ocurre con cualquier gran acontecimiento, algunos conceptos clave que no solemos tener presentes. Por ejemplo, que la luz que se consume debe
ser siempre exactamente la misma que la que se produce. Y si no es así, el sistema se viene abajo. ¿No es posible almacenarla? Más allá de algunos apaños, como acumular grandes depósitos de
agua en alturas para generar energía hidroeléctrica en momentos de necesidad puntuales, podemos decir que no. ¿No es posible reservar potencia en grandes baterías para emplearla cuando se
precise, al igual que las pilas de una linterna o un transistor? No es tan sencillo, pero en realidad tampoco es imposible. Y cada vez lo va a ser menos. Una solución que la ciencia se ha
propuesto alcanzar es la del hidrógeno. Este elemento químico, el primero que aparece en la tabla periódica, el más ligero de todos y encima el que más abunda en el universo, no es una
fuente de energía, pero tiene la capacidad de almacenarla para su uso posterior. Si además esa energía que es capaz de retener se ha obtenido de alguna fuente renovable (solar, eólica,
hidráulica, geotérmica, marina, etc.) se consigue el denominado hidrógeno verde; un remedio limpio y seguro que se antoja casi perfecto. Aunque aún le queda camino para culminar su
desarrollo. TRES BARRERAS «Ahí entra mi labor: abaratar, mejorar la eficiencia y alargar la vida útil de los dispositivos, tres de las barreras principales de esta tecnología», nos cuenta el
contratado predoctoral Eduardo Iniesta López, enfrascado en un proyecto del departamento de Ingeniería Química de la Universidad de Murcia (UMU) centrado «en abaratar y hacer más eficientes
y duraderos los componentes clave (membranas y catalizadores) de las pilas de combustible y electrolizadores PEM», gracias a la financiación de la Consejería de Medio Ambiente,
Universidades, Investigación y Mar Menor, a través de la Fundación Séneca. Los denominados electrolizadores PEM (siglas en inglés de Membrana de Intercambio de Protones) son dispositivos
capaces de separar el hidrógeno y el oxígeno del agua mediante electrólisis. En el caso del proyecto en el que está sumido Iniesta y López, lo que busca es «que la producción y el uso de
hidrógeno verde resulten rentables a escala industrial». Se trata de unos equipos electroquímicos que se emplean en el almacenamiento y la conversión de energía en la que tantas esperanzas
se han puesto para contar con una energía más limpia y disponible en el futuro. «El escenario es prometedor y dibuja un paradigma energético muy atractivo. ¿El problema?», se pregunta y
responde el especialista: «La tecnología es ya técnicamente viable, pero aún no resulta lo bastante rentable para que la industria apueste masivamente por ella». De ahí que su futuro pase
por lograr reducir el coste de los equipos implicados y aumentar su eficiencia «para alcanzar una economía del hidrógeno competitiva». El episodio inesperado de corte masivo de fluido
eléctrico que vivimos hace tres lunes nos puede estar marcando el camino. «Ahora, más que nunca, se ha puesto de relieve la importancia del suministro energético: el reciente apagón ha
disparado el debate sobre las energías renovables y la solidez de la red eléctrica», incide el especialista de la Facultad de Química de la UMU. «El episodio ha demostrado la necesidad de
reforzar el sistema renovable y de contar con soluciones de almacenamiento cuando estas fuentes no estén disponibles». Las claves * No es una fuente El hidrógeno, el primer elemento que
aparece en la tabla periódica, el más ligero de todos y el más abundante en el universo, no está ligado a la obtención de energía por ser capaz de generarla. * Es un almacén El aporte que da
el hidrógeno al futuro energético es su capacidad para almacenar la energía que se produce previamente para utilizarla en el momento que se precise. * Actúa de almacén Si la energía que
acumula el hidrógeno se ha obtenido de una fuente renovable, como una instalación solar, aerogeneradores o un complejo hidráulico, entonces se habla de hidrógeno verde. Conseguirlo no es
fácil, por eso el proyecto busca abaratar, mejorar la eficiencia y alargar la vida útil de los dispositivos empleados. «Si disponemos de electricidad procedente de fuentes renovables y de
agua, podemos almacenar la energía en forma de hidrógeno verde mediante un electrolizador», sintetiza. Cuando necesitemos recuperarla, continúa, «introduciremos ese hidrógeno en una pila de
combustible y obtendremos electricidad, ya sea para un vehículo, para procesos industriales o para grandes generadores eléctricos». Como el plan pasa por el uso inicial de energía renovable,
en ningún momento del ciclo se emiten gases contaminantes y el único subproducto es vapor de agua. El núcleo de estos equipos, revela Iniesta, lo forman la membrana y el catalizador que
obran la transformación, y que representan la mayor parte del coste de la tecnología. Estos elementos, explica, «constituyen el objeto central de mi investigación». MÁS REGULACIÓN DE LA UE
Aquí es, por tanto, donde el investigador entra realmente en materia: « Las membranas actuales son, sobre todo, de ácidos perfluorosulfónicos (PFSA)». La afirmación cobra sentido para
quienes desconocemos su calado cuando el especialista aclara que su precio es especialmente elevado, y además es objeto de una regulación cada vez más endurecida por parte de la Unión
Europea «por su carácter contaminante». Como alternativa prometedora se estudian los denominados líquidos iónicos, que son unos «compuestos de diseño con excelentes propiedades como
electrolitos». El reto, detalla, «consiste en obtener membranas estables que puedan sustituir a los PFSA». Por otro lado, el platino es el catalizador de referencia, pero su precio es muy
alto. «Investigo catalizadores basados en metales no nobles con el objetivo de disminuir los costes sin sacrificar actividad ni durabilidad». «En resumen», concluye el investigador
contratado predoctoral, «mi tesis se orienta a desarrollar materiales que hagan económicamente atractiva una tecnología que, desde el punto de vista técnico, ya está preparada para impulsar
una auténtica economía del hidrógeno». PROTOTIPOS Y BANCO DE PRUEBAS El investigador del departamento de Ingeniería Química de la Universidad de Murcia (UMU) Eduardo Iniesta asienta su
proyecto en torno al hidrógeno verde sobre investigaciones previas del grupo Ingeniería de Procesos Químicos Verdes de esta entidad, liderado por los especialistas Francisco Hernández y
Antonia Pérez, que han patentado la tecnología en la que se basa la iniciativa. La labor de Iniesta en estos trabajos se centra en el diseño y la construcción de «un banco de pruebas seguro
para pilas de combustible y electrolizadores de hidrógeno, donde evaluamos los nuevos materiales» que desarrollan. El trabajo incluye establecer la metodología de ensamblaje de electrodos
para integrarlos en dispositivos reales, e implementar y optimizar técnicas de caracterización electroquímica, fisicoquímica y microscópica «que nos permiten correlacionar composición,
microestructura y rendimiento». En síntesis, afirma, «soy responsable de convertir las formulaciones de laboratorio en prototipos funcionales y de generar los datos que demuestran su
viabilidad». Si todo funciona, se habrá abierto una nueva vía para acelerar la llegada de una energía limpia, almacenable y a buen precio. Desde hace tres semanas somos más conscientes que
nunca de que no es poco. Comenta Reporta un error