
«cuando tocas en conjunto, tienes que dejar tu opinión en un segundo plano para lograr la fusión sonora con el compañero» | la verdad
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Domingo, 11 de mayo 2025, 11:15 Comenta Compartir Uno de los poetas que tuvieron más influencia en Claude Debussy (1862-1918) fue Paul Verlaine, que inspiró muchas de sus obras, compartiendo
ambos creadores la idea de que es mucho más interesante salpicar una obra con sutilezas que dotarla de grandes dimensiones. Así, en 1889, el compositor francés escribió la Petite Suite para
piano a cuatro manos formada por cuatro movimientos, obra que precisamente han elegido los pianistas Ángela Nanyuxing Núñez y Alejandro López Fuster para tocarla en la 39ª edición del ciclo
Cuadros con Música. La Petite Suite de Debussy es una obra con un inmediato encanto lírico, Para Alejandro, el secreto radica en la sencillez de la melodía: «Éstas son en su mayoría simples
a primera vista, pero están muy inspiradas y son de gran belleza. Además su soporte armónico impresionista aporta sonoridades con giros modales que nos aleja de las clásicas.». Ángela
destaca la sensación onírica evocada tanto en el intérprete como en el oyente: «Debussy describe paisajes con una música que a la vez es perfecta y sencilla». EL CONCIERTO * Cuadros con
Música, 39ª edición. Lunes 12 de mayo de 2025, 19:30 horas * Conferencia sobre la pintura 'Ofelia' de John Everett Millais. Álvaro Zaldívar, catedrático de Historia de la Música *
Petite Suite de Debussy. Ángela Nanyuxing Núñez y Alejandro López Fuster (piano a cuatro manos) * Entrada libre hasta completar aforo Ángela y Alejandro se sentarán en un piano que tocarán a
cuatro manos. La primera defenderá el papel de piano primo, que habitualmente en la música de cámara tiene un rol más principal, con más carga melódica, mientras que López Fuster tocará el
piano secondo, que suele tener una misión de acompañamiento con notas de tonalidad más grave. Sin embargo, en la Petite Suite, la importancia de cada pianista está equilibrada y los temas se
van repartiendo en un diálogo musical. Así Ángela explica que «en la música impresionista los papeles de los dos se entrelazan, evocando más colores». Un aspecto interesante es el del pedal
del piano, responsabilidad no exenta de dificultades que asume Alejandro: «Cuando activas el pedal del instrumento tienes que pensar en la música del piano primo aunque tu estés tocando tu
parte, lo que hay que trabajar muy bien previamente». La Petite Suite está formada por los movimientos En bateau, Cortège, Menuet y Ballet, que se caracterizan por la estructura ternaria del
tipo ABA. Esta estructura tan típica de la música de cualquier periodo, tiene tres partes: «Un primer tema para presentar la melodía y la tonalidad principal, un segundo tema que contrasta
con el primero y, finalmente, se vuelve al primer tema con algunas pequeñas variaciones», según explican Alejandro y Ángela. A pesar de que muchos autores consideran que el Menuet es un
punto culminante de la obra, nuestros invitados de hoy no lo ven así, ya que Ángela considera esta composición como constituida «por distintos movimientos que evocan una imagen, escena o
sensación diferente, con un punto culminante para cada uno de ellos». Por su parte Alejandro reconoce que el tercer movimiento es uno de los más inspirados por lo bien escrita que está la
melodía, «pero el punto álgido de más tensión y agitación surge en el Ballet que tiene carácter de danza.» El poema es un deseo de romance sin consumación, como si se tratara de una promesa
incumplida. Alejandro comenta que «efectivamente, el compositor escribe fragmentos de dinámica in crescendo que se siguen de otros en piano, en lugar de buscar el clímax musical». Estos dos
pianistas, alumnos de la catedrática de Piano Pilar Valero del Conservatorio Superior de Música de Murcia, destacan que ella suele contarles historias para que conecten con el carácter y
comprendan la idea de la pieza que están estudiando: «Nos recomendó crear una historia para cada pasaje y en la Petite Suite imaginábamos a dos enamorados que no lograban consumar su amor».
Una de los aspectos formativos que más se cuidan en el Conservatorio Superior de Música es la Música de Cámara, disciplina en la que han preparado el concierto de Cuadros con Música bajo la
tutela del catedrático Gabriel Lauret. Los dos pianistas consideran que tocar música de cámara es muy importante para ellos ya que se aprende a tocar escuchando a los compañeros: «Hay que
escucharse al tiempo que se escucha a los demás y se adapta uno a ellos. Buscamos un resultado sonoro en conjunto y tengo que reconocer que tocando con un trío de cuerdas he aprendido a
lograr dinámicas de pianissimo que no hubiese imaginado», confiesa Alejandro. Por su parte, Ángela cree que la música de cámara permite el desarrollo completo del músico: «Escuchar a los
demás te da criterios distintos a los de la práctica individual. Tienes que dejar tu opinión en un segundo plano para lograr la fusión sonora con el compañero». Estos dos jóvenes tienen
planes de futuro que difieren en parte. Ángela optará por la docencia, ya que la vida de concertista no le atrae y en un futuro quiere opositar «sin embargo, durante los los próximos años
quiero hacer un máster europeo de interpretación y preparar un recital para mantenerme activa». Alejandro, cuando se gradúe este año, completará su formación con un máster de interpretación,
preferiblemente en España, donde considera que hay excelentes profesores. Comenta Reporta un error