Opinión | los misterios de la pandemia

Opinión | los misterios de la pandemia


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A un año de la pandemia, no han faltado los resúmenes de noticias que enmarcan lo que hemos vivido. En todos ellos detallan aspectos importantes que van desde el origen hasta las vacunas.


Sin embargo, se han quedado aspectos importantes, esas cosas que yo he llamado “Los misterios de la pandemia”. Les puede sonar a vacilón, pero esto ocurrió en nuestra amada Isla. Lo divido


así: Misterio gozoso: En todo este tiempo nunca se ha podido explicar a satisfacción, ¿por qué rayos se acababa el papel de baño🧻 cada vez que se convocaba a un lockdown? Siendo un virus que


afecta las vías respiratorias, muchos no entendían, yo tampoco, la conexión. Si era para atender posibles episodios de mucosidad, lo lógico era que se acabara el papel toalla o los pañuelos


desechables, pero de esos siempre había. ¿Cuál es la conexión? A no ser que muchos sufran ataques de nervios por estar encerrados con sus parejas por largos períodos de tiempo. ¿Sabrá usted


la respuesta? Misterio misterioso: ¿El COVID-19 solo sale de noche? Todos los toques de queda se imponían de noche. Se alargaban o se acortaban de acuerdo con la necesidad. ¿Será el COVID


familia del Cuco? En Utuado lo mencionan para meternos en la cama temprano. Debemos tener el récord mundial del toque de queda más prolongado. ¡Todo un año! Increíble, pero cierto. Misterio


ruidoso: La chicharra de Wanda. ¿Cuántos la extrañan? Sean honestos. ¡De verdad que la alarma era tremendo vacilón! No servía para mucho, pero cuando no sonaba o se tardaba, era el tema


perfecto para conversar o julepear en las redes. Misterio geográfico: ¡Aquí nos colgamos! “Eso no viene para acá”, “Eso está allá lejos”. ¿Se acuerdan de esas frases? Los mapas nos


engañaron, nadie aprendió que la modernidad nos legó un mundo globalizado y pequeño. Era cuestión de tiempo para que todos quedaran atrapados en las garras del virus. Misterio enmascarado:


La mascarilla se puso de moda. Aunque se insistía o se insiste en usar LST quirúrgicas o las N95, salieron de todo tipo. El material de algunas nos recordaba prendas íntimas de vestir y más


de uno pasó la pachotá de, por lucir fashion, tener en la cara puesta la trusa de algún miembro de lucha libre. Otro dilema sigue siendo los tamaños. Algunos aún la usan muy grande y otros


muy pequeña. Misterio destilado: Nunca pensamos que nuestras manos verían más alcohol que nuestro hígado. ¡Qué ironía! Tuvimos la imposición más extraña de la Ley Seca. En un momento se


podía beber los viernes, pero el sábado y el domingo no se podía. Adentro sí, pero afuera no. El exsecretario de Salud, Lorenzo González, insistía en este punto, pero algunos alegaban que él


salía “jendío” en fotos de redes sociales, así como en programas de televisión y radio. Misterio laborioso: Puerto Rico jamás en su historia había registrado una fuerza trabajadora tan


vigorosa. Así se desprende de las solicitudes de desempleo. Se crearon términos de empleos impensados, con tal de cualificar para el PUA. Algunos en su creatividad rayaron en la gansería y


quedaron retratados. Misterio de la numerología: Las tablillas. No queda claro quién fue el genio que recomendó la salida por día de acuerdo al número de su tablilla. Lo que sí quedó claro


fue el berenjenal que se formó. Ahh, ¿se acuerdan del debate del 0? Muchos salían todos los días, mientras se debatía si eran pares o nones. Misterio calórico: Vimos desaparecer las cinturas


y cuellos. Nos volvimos atletas con énfasis en repeticiones. Corríamos súper veloces de la sala, desde donde veíamos televisión, a la nevera y viceversa. Descubrimos que un animalito


microscópico llamado caloría, se metía en nuestros clósets y encogía la ropa. Uno de los grandes legados del COVID fue que nos dejó una talla o dos más grande que antes. Misterio del Zoom:


Gracias a la pandemia se popularizaron distintas plataformas que permitían las reuniones virtuales. Antes de acostumbrarnos a estas herramientas, les pregunto: ¿No les parecían esas


reuniones de trabajo unas sesiones espiritistas?: “¿Normando, estás ahí?”, “Normando, sí me oyes respóndeme, por favor”. Todo esto sucedió, claro con un poco de humor o “charrería” pero, así


somos en esta isla.