La feria del libro entra en su último fin de semana entre falla y soleares | ideal

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Los árboles suenan. Al menos, el de Manuel de Falla suena, y cómo. El excelente trabajo de José Ramón Ripoll en torno a la figura ... del más granadino de los gaditanos fue una de las


primeras actividades de la tarde del viernes. El volumen, que cuenta con la colaboración del Instituto Cervantes, se presentó en la sala Zaida con la presencia de Elena García de Paredes


Falla, presidenta de la Fundación Archivo Manuel de Falla, el catedrático Andrés Soria, Juan Carlos Sánchez, del Instituto Cervantes, y el propio autor. «La música de Falla nació para


evocar, y el trabajo de Ripoll evoca no sólo la música, sino la época en que vivió el maestro», afirmó Elena Falla. Lo que ofrece 'El árbol sonoro...' es una visión distinta de su


obra, un empeño que pone música a la Edad de Plata, dijo Sánchez, mientras que Andrés Soria contó la anécdota de que el volumen había despertado expectación incluso en la Feria del Libro de


Bogotá. «Responde a la máxima de enseñar deleitando. Escribir sobre música escondiendo los tecnicismos es algo extraordinario», comentó Soria. Ripoll recoge en su obra los artículos


dedicados al compositor, y señaló con humor las muchas correcciones que ha realizado en el original, para consternación de los editores. Son más de un centenar los artículos recogidos,


marcados por una época en la que se hablaba de regeneración. «Este árbol sigue creciendo desde que Falla comenzó a crear, sólo interrumpido por la guerra civil. Como el ficus de la Alameda


de Cádiz, que con sus ramas llega al mar, atravesó el Atlántico y ascendió hasta las islas británicas», dijo Ripoll. Granada está presente el libro como paisaje de su creación e inspiradora


de sus obras, como lugar d encuentro con sus amigos y de celebración del Concurso de Cante Jondo. Y hablando de cante jondo, otras de las grandes protagonistas de la tarde fueron las


soleares, las incluidas en el libro de Miguel Ángel Arcas, 'A donde se fue la mar', que ha publicado Sonámbulos Ediciones y que se presentó en el espacio central de la Feria. Arcas


recordó que se sintió más cerca del flamenco que del rock, a pesar de pertenecer a la generación que lo vivió de forma intensa. La colección de soleares que integran el libro –una forma


canónicamente poética– no sólo hablan de los temas habituales –el amor, la muerte, la familia, las madres–, sino que inciden en temas de máxima actualidad como la protección del medio


ambiente e incluso hay espacio para el actual presidente de EE UU con el 'tirititrán, tran, Trump'. El uso del calé como lengua empaca aún más un poemario que da la vuelta al


quejío incluyendo una nueva visión de las relaciones intergénero y temas como el cambio climático o la pobreza no como una declaración para dar lástima, sino como una realidad presta para


darle la vuelta. Su editor, Javier Bozalongo, recordó cómo se había dado la vuelta a la tortilla a lo largo del tiempo, y cómo el editado por Arcas –él– se convirtió en el editor. Son estas


pequeñas grandes curiosidades que el ecosistema literario granadino lleva consigo. «Lo nuestro no tiene remedio, si yo tiro para arriba, tú tiras por el medio», dice una soleá de Arcas. La


vida misma. CON EL CORAZÓN Las colas juveniles en la caseta de firmas fueron norma. Larguísima, prácticamente interminable, la de la autora de romántico juvenil Tamara Molina, una defensora


a ultranza de las «relaciones sanas» que dedicó varios centenares de ejemplares de sus obras 'Donde no pueda encontrarte' y 'Besar a un elfo'. Del mismo modo Lucía G.


Sobrado tuvo un gran éxito con su trilogía 'Sangre de plata', que presentó a última hora de la tarde. Victoria Eugenia Muñoz llenó por completo la sala Zaida con su novela 'Lo


anunciaron las estrellas' (Ediciones Miguel Sánchez) y el día acabó en el mismo espacio con el autor de novela histórica Mario Villén y su nueva novela 'Garnata', editada por


Edhasa.