
El ladrón de las joyas de los escolapios se dejó un cordón suyo en la mano de la virgen | ideal
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El ladrón actuó de forma sospechosa en varios sentidos. Entró en una iglesia situada en una zona céntrica, robó las joyas de la Virgen en ... un momento delicado y dejó en su mano una cadena
que no es de la hermandad. La Policía Nacional se afana por encontrar a la persona que le sustrajo varios enseres a María Santísima del Mayor Dolor, la imagen de la Hermandad de los
Escolapios, que estos días sigue inundada por la «tristeza y la indignación». «Pudo hacer cualquier fechoría dentro de la iglesia», lamenta la hermana mayor, Fátima Sánchez. A nivel oficial,
la Policía Nacional indica que el caso sigue investigándose, sin dar más detalles. Según ha podido saber este periódico, la Policía Científica ha recogido huellas, ha entrevistado a
miembros de la hermandad y ha buscado posibles cámaras de seguridad que pudieran haber grabado al ladrón. Sin embargo, cuentan con un hándicap: el robo se produjo entre el miércoles y el
jueves, dos días en los que miles de personas caminaron por la zona con motivo de la Semana Santa. Más información Entre las joyas robadas se encuentra el puñal que porta la Virgen cada
Viernes Santo, la cruz Fidelitas del Ejército del Aire, una medalla de San Juan Pablo II, el rosario de su XXV aniversario con emblemas vaticanos, la emblemática avioneta dorada, recuerdo de
su especial vínculo con el Ejército del Aire, y varias medallas y cadenas. Además, un hecho resulta especialmente llamativo. En una de las manos de la Virgen apareció un cordón que no
pertenece a la hermandad; todo indica que es del presunto autor. La Policía Nacional lo ha requisado para analizar las huellas. Preguntada por esta cuestión, Fátima Sánchez sospecha que lo
hizo «para despistar o por remordimiento». «Quizá fue por cargo de conciencia, como una manera de pedir perdón. Actuó de forma muy rara, trató a la Virgen con gran delicadeza. Quitó los
alfileres que sujetaban el rosario y, en vez de tirarlos, los colocó en otro lugar, detalles como esos nos han sorprendido», cuenta. Creen que la persona «conoce a la perfección el
funcionamiento de la parroquia». Por otro lado, se llevó enseres de poco valor económico, más bien sentimental. La Virgen se encontraba ya vestida en la iglesia para salir en procesión esa
misma tarde cuando los hermanos se percataron. Aunque intentan seguir adelante, estos días les persigue la culpa por no haberse dado cuenta. «Estábamos centrados en el paso del Cristo y no
reparamos en lo ocurrido. No nos fijamos, siempre están ahí, no podíamos creerlo», cuenta la hermana mayor. Aún así, se sintieron reconfortados cuando se dieron cuenta de que tanto la Virgen
como el templo estaban en buen estado. «Se quedó sola y vulnerable dentro de la iglesia, podría haber hecho algún destrozo. Estamos muy tristes e indignados con lo ocurrido», añade. Las
joyas ya están a buen recaudo y la hermanda confía en que más pronto que tarde aparecerán las robadas y la Policía dará con el ladrón.