Justificar la ausencia | ideal

Justificar la ausencia | ideal


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La humanidad llegará a Marte, se congelarán los océanos por una glaciación, el infierno asomará a la Tierra a través del cráter de un volcán ... islandés y Granada seguirá sin tener una


agenda cultural única. Eso es así. En esta vida, yo ya me he resignado a dos cosas: a ver Romayla y la otra margen del Darro bonicas y espercojás cuando sea un anciano desdentado que sólo


pueda comer purés —y cruzo los dedos— y a no ver, jamás de los jamases, la joía agenda única. De hecho, que en la candidatura a la capitalidad cultural se hable de ella me da bajío, malfario


y peor rollo. Que nos la puede hundir, vamos. Ojocuidao con eso. Lo digo porque el fin de semana pasado pasó todo en Granada. Y aunque hubiéramos tenido el poder de la bilocación, no


habríamos llegado ni a una mínima parte de lo mucho que ocurría a nuestro alrededor. Es que ni el don de la ubicuidad lo hubiera permitido. Menos mal que el lunes tuvimos apagón, que a


primera hora de la mañana ardían el guasap y las redes sociales, preguntándome por qué no había ido a…, por qué no había estado en… Y es que Granada, en primavera, es algo que no se puede


aguantar. Casi que ni soportar. Coincidieron en el tiempo, y casi en el espacio, la FicZone, los partidos del Granada C.F. y el Covirán, la media maratón, el Play, el Jardín de Cervezas


Alhambra, los conciertos de Lagartija Nick y la Feria del Vino. Eso así, a botepronto. A partir de ahí, sumen decenas y decenas de eventos, charlas, inauguraciones, presentaciones, partidos,


conferencias, conciertos, proyecciones, teatros, jornadas, etc. Un sinvivir. Lo podemos entender como síntoma de vitalidad cultural, si vemos el vaso medio lleno; o de caos y falta de


previsión, si lo miramos con los ojos de quienes queremos disfrutar de la vidilla cultural y hedonista por encima de nuestras posibilidades. En Santa Fe tenían una programación excelente por


las Capitulaciones y en Otura, Feria de la Tapa, por cierto. Y es que la cultura también hay que contemplarla con mirada metropolitana. No sé yo si con la anhelada agenda única se


terminaría con estas aglomeraciones 'eventuales', pero ayudaría bastante a la hora de programar. Y a la de decidir a dónde acudir. Y como justificante de ausencias… ¡ni les digo!


Nos vendría que ni pintada.